Estos son los hechos hasta el 11 de junio:
El Cártel de los Soles ha pasado a ser una de las organizaciones narcotraficantes más poderosas de América Latina, bajo la condición insólita de operar con el control de las instituciones 6v4qd
Estos son los hechos hasta el 11 de junio:
Impotente por la humillación pública, Diosdado Cabello ha descargado su furia contra siete pescadores adultos y un adolescente que la madrugada del 7 de junio en plena jornada de pesca avistaron flotando relativamente cerca del aeropuerto de Maiquetía lo que parecían restos de un avión; también flotaban muchos paquetes parcialmente quemados que destacaban por su envoltorio verde.
Los paquetes contenían cocaína según confirmó la Guardia Nacional Bolivariana quien para más detalles precisó que se trataba de un cargamento de 1.564 kilos de esa droga, la que se presume forma parte de un cargamento perdido que era buscado incansablemente por el Cártel de los Soles en operativos coordinados por Diosdado Cabello, desde cinco días antes de ese hallazgo.
En la búsqueda del cargamento, el régimen cometió violentos atropellos los días 2 y 3 de junio en la población de El Morro de Puerto Santo en el estado Sucre.
La pérdida del cargamento coincidió con la misteriosa desaparición del mayor general José Luis Tremont Jiménez, comandante del Comando de Defensa Aeroespacial Integral, el rol de mayor jerarquía sobre el control del tráfico aéreo en seguridad y defensa del país, con atribuciones, entre muchas, de autorizar o no, el ingreso al espacio aéreo venezolano de toda aeronave, incluidas aquellas que trafican drogas.
La desaparición del mayor general Tremont se produjo bajo una puesta en escena reveladora de una inteligente planificación que al general le era posible ejecutar por la autoridad de su cargo y por el conocimiento de los procedimientos de los aeropuertos y de la rutina del personal.
Inicialmente el militar estaba en la lista de pasajeros del vuelo privado del Cessna Citation YV3217 que despegaría la tarde del martes 3 de junio desde La Carlota hacia Margarita con su esposa Milagros Salazar y su hija Ana Karina, pero Tremont informó de una reunión inesperada que le impediría abordar. La lista que registraba a tres pasajeros se mantuvo; después se informó, sin indicar nombre, que el asistente del comandante había ocupado su lugar.
Cambiando la rutina que cumplía la familia, el aeropuerto de salida fue cambiado de La Carlota a Maiquetía donde el avión estuvo estacionado aproximadamente una hora.
A los pocos minutos del despegue efectuado a las 19:57, la torre de control registró la dificultad del piloto para mantener el control de la aeronave, mientras el personal le advertía que peligrosamente se acercaba a la cordillera. Luego desapareció del radar y poco después se dio la alerta y comenzó la búsqueda.
Al día siguiente, 4 de junio, el Comando de Guardacostas localizó los primeros restos entre los que se encontraban fragmentos del fuselaje, chalecos salvavidas y restos humanos, así como documentos de la tripulación, el piloto Charles Cordero y el copiloto Miguel Linares. De los otros tres supuestos pasajeros no se encontró nada.
La búsqueda se mantuvo, pero fueron los pescadores ahora detenidos, quienes consiguieron restos del fuselaje del avión, así como algunos paquetes que contenían droga.
Expertos opinan que era temerario -o mejor dicho imposible- cargar ese avión Cessna Citation con tonelada y media de droga. Hay dificultad para calcular la cantidad de cocaína que le fue cargada a la aeronave; expertos presumen que igual podría haber sido una cantidad superior a lo aconsejable lo que tal vez puso en peligro su altitud.
La desaparición del general, de su esposa y su hija asoman la hipótesis de que el militar planificó su huida junto a la de su familia. Son muchas las especulaciones respecto al destino de esa familia y el destino planificado para el cargamento.
Cercanos al general Tremont aseguran que él nunca habría arriesgado la seguridad de su hija ni la de su esposa enviándolas en un vuelo con un cargamento de droga, lo que alimenta la versión de que anunciar la presencia de ellas en la aeronave forma parte de un plan de espejismo, para distraer al régimen. El general también hizo creer hasta última hora que él abordaría el avión, lo que lleva a la hipótesis de que buscaba ganar tiempo para huir.
Recordemos que cuando el general desaparece, el cargamento de droga ya estaba siendo buscado afanosamente en el estado Sucre.
Se ha hecho casi inevitable la especulación sobre un eventual y no comprobado acuerdo previo con autoridades internacionales para suministrar información sobre el Cártel de los Soles.
Hasta el momento de escribir esta nota, nada se sabía del general Tremont ni de su familia; cualquier cosa ha de considerarse incluyendo la posibilidad de haber sido atrapado por el régimen en medio de su intento de huida. Entiéndase que el general habría retado a un poderoso enemigo.
Todo lo sucedido ratifica que para el régimen es prioridad en sus operaciones el negocio de la droga.
El Cártel de los Soles ha pasado a ser una de las organizaciones narcotraficantes más poderosas de América Latina, bajo la condición insólita de operar con el control de las instituciones, tejiendo una red de lealtades de funcionarios subordinados militares, civiles y policiales, así como fiscalía y tribunales, con el manejo a su antojo de infraestructura y servicios de los corredores terrestres, marítimos y aéreos del estado venezolano.
Y nunca olviden que el régimen siempre miente.