El apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, dijo: “Periodismo magno el de quienes en papeles condenados a desaparecer en horas o días, escriben para años.” y es que, como juglar de su época, el ejercicio de la profesión lleva consigo todo el compromiso, no solo con el entorno, el momento o el hecho, sino consigo mismo. 292c5h
Si no se respeta como ser humano y como profesional no espere que otros lo hagan con su persona. Un periodista nunca debe convertirse en vocero de tendencias partidistas o corrientes políticas de moda. Debe ser incisivo, no limitarse a comunicar la noticia para cumplir con el medio, sino estar pendiente de las circunstancias que la originaron y, de hecho, las consecuencias que podría generar en un corto, mediano y largo plazo.
Resulta, cuando menos curioso, el fenómeno de una parte del periodismo actual. Minado de hechos fugaces, de desinformación, de especulaciones y contenido mediocre aupado por la banalidad que pulula en las redes sociales. Medible por “likes” y no por las ampollas que genera. A veces un buen artículo es realmente bueno en la medida que molesta a muchas personas, adaptadas al juego del servilismo y a los aplausos protocolares.
No imagino un periodismo complaciente, carente de jugo o repleto de intereses de terceros. Hay que tener mucho cuidado para no irse, como dice el refranero popular, con “la de trapo”.
Prefiero la palabra áspera, sin adornos, y en ocasiones cítrica. El periodismo no está concebido para gustar: para esas cosas y en plena esencia, están las novelas rosas.